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Contenido de la carta:
Estimado Sr. Secretario General,
En 1996, la “Declaración de Roma sobre Seguridad Alimentaria Mundial” reafirmó “el derecho de todos a tener acceso a alimentos seguros y nutritivos”. Los firmantes también manifestaron su voluntad política de “erradicar el hambre en todos los países”.
En 2008, la malnutrición y el hambre en muchas partes del mundo están no sólo aumentando sino que también empiezan a alcanzar niveles máximos de sufrimiento. Cosechas menguantes y perdidas, precios en alza, prácticas agrícolas insostenibles, son sólo algunos de los factores que se combinan para situar a las personas más vulnerables en seria amenaza de muerte.
No es aceptable que incluso en la dura situación actual, con el hambre y la malnutrición matando a cerca de seis millones de niños cada año, grandes porcentajes de las cosechas disponibles estén siendo todavía dadas como pienso a los animales de la ganadería.
En nombre de la humanidad, una comunidad mundial responsable ya no puede permitirse invertir 7-16 kg de cereal o soja, hasta 15.500 litros de agua, y 323 m2 de tierras de pasto, para la producción de tan sólo un kilo de carne vacuna para aquellos que disponen de los recursos suficientes para pagarlo. Se necesitan desesperadamente otras vías más accesibles y sostenibles hacia la seguridad alimentaria para todos.
Por desgracia, aunque los expertos de la FAO consideran que ‘el ganado es una de las principales amenazas para el medio ambiente’, simplemente recomiendan técnicas ganaderas diferentes, algunas de las cuales implican el riesgo de dañar todavía más a un medio ambiente ya vulnerable, quizás hasta un punto en que ya no tenga arreglo.
Todas las personas hambrientas, muchos millones de vegetarianos y aquellos que buscan alternativas saludables para las tradiciones destructivas, tenemos el derecho de esperar de nuestros dirigentes, gobiernos y organismos internacionales una investigación científica de todas las opciones disponibles, incluyendo el vegetarianismo. Este estilo de vida, que protege los recursos y la vida, es digno de una investigación imparcial y de esfuerzos promocionales, por su potencial para decidir en la batalla de ‘alimentos vs pienso’ a favor de la humanidad.
Por esta razón, apelamos a las Naciones Unidas y sus agencias a dejar de ignorar el vegetarianismo y en vez de ello estudiar sus beneficios en las múltiples facetas, con el fin de incorporarlos en las futuras estrategias para acabar con el hambre en el mundo.
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